Los que miran a la Luna

Si nunca antes has visto la Luna a través de un telescopio, te aconsejo que comiences a buscar la mejor forma de hacerlo, porque creo que puede llegar a ser algo impactante o, al menos, un  hecho que recordarás gratamente. Hace unos años en San José del Guaviare, fui testigo de cómo la presencia de un telescopio portátil en mitad de un descampado, era motivo suficiente para que cientos de personas, familias enteras, se acercaran curiosas para vivir por primera vez la experiencia de ver la Luna magnificada. La misma escena se repite en festivales de astronomía, con largas filas de gente esperando acercarse al instrumento óptico, como queriendo descubrir por ellos mismos, los secretos que encierra nuestro satélite natural. 

Aún en la actualidad, más de cuatro siglos después de la invención del telescopio, la Luna sigue imbatible siendo el objeto mas preciado para los aficionados a la astronomía. Apreciar los detalles de alguno de los miles de cráteres que se formaron por el impacto de meteoritos durante cientos de millones de años, es sin duda uno de los principales propósitos de los curiosos observadores. Hasta hace poco, se conocían cerca de 8000 de estas cicatrices en la superficie lunar, pero más de 100 mil nuevos cráteres fueron descubiertos recientemente con ayuda de la inteligencia artificial usada sobre datos tomados con las misione chinas Chang’e-1 y Chang’e-2, que viajaron a la Luna en 2007 y 2010, respectivamente. 

Pese a la inmensa cantidad de cráteres, entre otros accidentes en la superficie selenita, solo una fracción de ellos puede ser visto desde la Tierra con nuestros telescopios, dada la enorme distancia que no separa del satélite natural; el equivalente a darle diez vueltas completas a nuestro planeta. Esta misma razón nos impide observar desde la Tierra, las huellas de la primeras pisadas de seres humanos en la Luna, que el próximo 20 de julio cumplirán 52 años como testimonio de nuestras históricas aventuras espaciales.

Regresar a la Luna con una misión tripulada en esta década, será el mejor homenaje para todos los humanos que han pasado horas y horas pegados a su telescopios, desde que por primera vez alguien la pudo ver a través de un telescopio. El singular honor le correspondió a Thomas Harriot, un inglés que se interesó por la astronomía durante el paso del cometa Halley en 1607. Harriot fue el primero en observar y cartografiar la superficie lunar el 26 de julio de 1609 con ayuda de un pequeño telescopio, cuatro meses antes que Galileo. Como ellos, cada vez que alguien observa por primera vez a la Luna a través de un telescopio, se convierte en el descubridor de una experiencia personal que seguramente no pasará inadvertida. 

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