John Dobson fabricó un telescopio de construcción sencilla, con elementos fáciles de adquirir y de bajo costo.
Luego de milenios de observación del firmamento a ojo desnudo, el uso del telescopio a comienzos del siglo XVII fue toda una revolución que cambió la forma de ver el universo y nuestro lugar en él. En poco tiempo la astronomía avanzó de la mano de los diseños que usaban lentes (telescopio refractor o galileano), y espejos (telescopio reflector o newtoniano), metidos en un tubo y colocados sobre trípodes o soportes para poder moverlos y apuntar al cielo en las noches despejadas.
Cuando ya parecía que todo estaba dicho en el campo de la observación del cielo por telescopio, John Dobson en la década de 1950 revolución el uso de este instrumento y lo popularizó a niveles insospechados.
La idea de Dobson era clara: quería fabricar un telescopio grande y estable, de construcción sencilla con elementos fáciles de adquirir y de bajo costo, que pudiera transportarse fácilmente y apuntarse rápidamente al cielo para observar objetos astronómicos en cualquier lugar. De esa manera quería llevar la astronomía a las masas, en lo que denominó “astronomía callejera o de acera”, una forma de acercar la ciencia a la sociedad y de fomentar la curiosidad científica en niños, jóvenes y adultos.
Su diseño se basa en un telescopio newtoniano, con la incorporación de una montura altazimutal en donde el soporte puede moverse en dos ejes perpendiculares (horizontal y vertical) de tal forma que la base se mueve sobre el plano horizontal (azimut) y el tubo del telescopio subir o bajar en elevación (altura). El llamado telescopio Dobsoniano permitió a los aficionados construir telescopios grandes y de fácil manejo. Dobson se inspiró en los cañones que durante siglos habían usado este tipo de soporte en el campo de batalla, un diseño sencillo pero eficiente y de uso simple.
Más allá de la montura, Dobson expone un método de fabricación que remplaza el aluminio por cartón o madera en el tubo del telescopio, y echa mano de materiales como tapetes, cristales reciclados, formica, PVC, entre otros.
Este sencillo invento revolucionó el uso del telescopio y lo puso al alcance de todos, al igual que su esfuerzo por usarlo en toda oportunidad que tuviera, en cualquier parque, calle o acera, para que la gente disfrutara del firmamento. Fue cofundador del grupo de astronomía amateur “Astrónomos Acera” en San Francisco, California, que se ha extendido por todo el mundo.
Hoy millones de aficionados recuerdan a Dobson, cuando se cumplen 101 años del nacimiento de este longevo divulgador de la astronomía que murió a comienzos del 2014 y que nos acercó como pocos a las maravillas del universo.
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