
Acabamos de pasar el mes en donde fuimos testigos de un “boom» de exploración del planeta rojo, como nunca antes había ocurrido en tan poco tiempo. Tres misiones de la nueva generación de exploradores robóticos tienen el desafío de seguir respondiendo preguntas sobre el que ha sido el planeta más explorado después de la Tierra, desde las primeras naves que comenzaran tímidamente a acercarse a nuestro vecino planetario hace seis décadas.
El sueño de muchos es ver una escena similar a la que aquel 20 de julio de 1969 inundaba las pantallas de televisión de millones de espectadores, atentos a la primera pisada de un ser humano en otro mundo.
En ese histórico primer viaje tripulado a la Luna, plantar la bandera de Estados Unidos, – a la que se denominó “Old Glory”- sobre el suelo lunar, representó un verdadero símbolo del poderío de una nación; que hacia recordar aquella famosa fotografía de los marines alzando la bandera en Iwo Jima, una de las batallas mas importantes en la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
En aquellos que esperaban que la bandera de las Naciones Unidas o la bandera de la paz fueran las escogidas para erigirse por primera vez fuera de nuestro planeta, quedó un mal sabor de boca, teniendo en cuenta que la hazaña representaba el esfuerzo que como humanidad hacíamos al aventurarnos a centenares de miles de kilómetros de nuestro hogar.
Tarde o temprano la humanidad llegara a pisar la fina capa de regolito en la superficie marciana, y posiblemente veamos de nuevo alguna escena donde una bandera sea protagonista.
De hecho, ya hay un diseño de la bandera que pondrán los humanos en Marte, con 7 anillos entrelazados sobre un fondo azul. Al menos así se anunció hace cinco años, cuando se presentó la creación de Oskar Pernefeldt, un estudiante de diseño de Suecia, que tuvo la idea de hacer una bandera que representara a todo el planeta Tierra.
Sin embargo, más allá del simbolismo de una bandera, la llegada de una misión a algún lugar fuera de la Tierra esta reglamentada. En el punto más candente de la carrera espacial, en 1967, varios países firmaron el “Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes”
Según esta normativa, el espacio ultraterrestre no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera. Algunos mencionan que el artículo en cuestión hace referencia a naciones, pero no a individuos o empresas privadas.
Tal vez aprovechando este “resquicio”, hace tan solo unos meses la empresa SpaceX – que ya prepara sus naves Starship con las que han anunciado los planes para una misión tripulada a Marte en esta década – declaró que Marte será un «planeta libre», no gobernado por las leyes de la Tierra.
Amartizará, y veremos …
2 Comentarios Agrega el tuyo