Un año para conmemorar algunas de las más fascinantes expediciones

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Nos acercamos al segundo trimestre del año en donde comienzan las conmemoraciones de varias expediciones históricas, y los personajes que las protagonizaron,  que influyeron de manera decisiva en la ciencia y la tecnología. Sin más preámbulos, voy a destacar cuatro de ellas.

En 1915 Albert Einstein completaba la teoría general de la relatividad y dentro de sus predicciones establecía que el Sol, dada su enorme masa, era capaz de desviar la luz proveniente de una estrella lejana. El problema es que para comprobarlo se necesitaba bloquear la luz del Sol para ver alguna débil estrella en el cielo. Tuvieron que pasar cuatro años para que, aprovechando el eclipse total de Sol del 29 de mayo de 1919, se pudiera darle la razón a Einstein y su singular teoría. El astrónomo inglés Arthur Eddington fue el que dirigió la expedición que viajó hasta la isla de Principe, cerca de la costa de Africana, en donde se lograron tomar fotografías que respaldaron las predicciones de la teoría. Un siglo después la relatividad es usada en los dispositivos GPS y es una herramienta fundamental para el entendimiento del universo.

Un acontecimiento que cumple 500 años correspondió a una de las mayores expediciones marítimas de las que tengamos registro. El 20 de septiembre de 1519, Fernando de Magallanes comienza una travesía partiendo con cinco embarcaciones desde el sur de España. Pese a que a mitad del camino Magallanes muere en una batalla con una tribu en el territorio que hoy es Filipinas, la expedición continua y se convierte en la primera en la historia en dar la vuelta al mundo después de casi tres años, un desafío con grandes aportes a la geografía y la navegación. Magallanes fue el primero en poner en conocimiento de occidente la existencia de una galaxia que hoy lleva su nombre, la Gran Nube de Magallanes.

Y si de expediciones se trata, que tal si recordamos la que nos ha llevado más lejos, el viaje al objeto mas distante que hayamos pisado. El 20 de julio de 1969 la misión Apolo 11 se posaba sobre la superficie de nuestro satélite natural, a casi 400.000 kilómetros de distancia de nuestro planeta azul. Este año después de 50 años de la odisea espacial, y cuando hay nuevos planes para enviar humanos a la Luna, se celebra a lo largo y ancho del planeta la hazaña de tres hombres en la misión lunar, de casi medio millón de personas que estuvieron de alguna u otra manera involucradas en aquel programa espacial, pero sobretodo de toda la humanidad que iba representada en esa pequeña cápsula.

Seguramente uno de los que inspiro a Werner von Braun, el padre del Saturno V,  cohete que llevaría al hombre a la Luna, fue otro aleman, el berlinés Alexander von Humboldt. El 14 de septiembre se cumplen los 250 años del nacimiento de Humboldt, una figura representativa que abrió el camino a la ciencia moderna, un geólogo, geógrafo, botánico, ingeniero, pensador, pero en especial un gran explorador. Durante 5 años Humboldt exploró Suramérica y México, y gran parte de su recopilación de datos e investigaciones nos quedaron en su obra de cinco volúmenes titulada Cosmos. Su legado traspasa las fronteras de la ciencia, y fue un gran defensor de la lucha antisemita, opositor del racismo y la esclavitud.

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