Tras ‘rozar’ al planeta enano, New Horizons seguirá su camino hacia los límites del sistema solar.
Tras casi una década de travesía, y como resultado de una delicada planeación e investigación, el sobrevuelo de la misiónNew Horizons sobre Plutón cerró este martes un capítulo importante en la epopeya de la exploración del universo.
Con esta esperada visita, a 12.500 kilómetros de la superficie del que hasta el 2006 fuera considerado el noveno planeta de nuestro sistema solar –ubicado a una distancia de casi 40 veces la que existe entre el Sol y la Tierra– se completan aventuras espaciales a todos los planetas y cuerpos más importantes del sistema solar. (Imágenes: Júbilo por la aproximación de la nave ‘New Horizons’ a Plutón)
Tras ‘rozar’ a Plutón, el nuevo y desafiante viaje de New Horizonsla conducirá a adentrarse en el enigmático cinturón de Kuiper, a una velocidad de 50.000 kilómetros por hora.
¿Qué misterios encierra esta región de nuestro sistema solar para enfilar a la sonda en un viaje más, esta vez de unos mil millones de kilómetros a través de un frío y desconocido territorio?
En 1951, veintiún años después de que Clyde Tombaugh descubriera a Plutón, el astrónomo Gerard Kuiper predijo la existencia de un cinturón de cuerpos congelados, remanentes de la formación del sistema solar. (Un horizonte cercano: la llegada de New Horizons a Plutón / Opinión)
Kuiper, descubridor de lunas en Neptuno y Urano, y de la atmósfera de Titán, entre otros importantes aportes, es considerado el padre de las ciencias planetarias modernas y mentor de los estudios doctorales del famoso astrónomo y divulgador científico Carl Sagan.
Algunos astrónomos usan el nombre de Cinturón de Edgeworth-Kuiper, ya que, en realidad, algunos años antes, en 1943, el astrónomo Kenneth Edgeworth había sugerido que cometas y cuerpos más grandes podrían existir más allá de Neptuno.
De ahí que muchas veces también se puedan describir como objetos transneptunianos (TNO, por sus siglas en inglés), aunque esta definición incluiría también a cuerpos mucho más distantes que se encuentran en una hipotética nube esférica de miles de millones de objetos, conocida como nube de Oort. De allí provendrían los cometas de largo periodo, como el famoso Halley.
A diferencia de la nube de Oort, la existencia del cinturón de Kuiper fue confirmada en 1992 con el descubrimiento del primer cuerpo. A la fecha son más de 800 objetos observados, con tamaños que van desde unas pocas decenas hasta los 1.000 kilómetros de diámetro.
Su detección es muy difícil ya que son escasamente perceptibles.En realidad, luego de que fuera descatalogado como planeta, Plutón sería el primer cuerpo descubierto perteneciente al cinturón de Kuiper. El segundo es Caronte, la mayor luna de Plutón, descubierta en 1978.
Uno de los culpables de que Plutón dejara de ser planeta fue Eris. Descubierto en el 2005, este cuerpo con características similares a Plutón alcanzó a ser considerado durante un año y medio como el décimo planeta de nuestro sistema solar. Una votación de astrónomos profesionales de la Unión Astronómica Internacional decidió que Eris y Plutón, junto con otros cuerpos descubiertos en el cinturón de Kuiper (Haumea y Makemake), recibieran la denominación de planetas enanos.
Llegar ahora a Plutón es estar en la puerta de entrada a la región en donde se estima pueden haber hasta cien mil objetos congelados. Nunca antes una nave se ha adentrado a explorar esta zona, en lo que se considera un viaje para encontrar los orígenes del sistema solar.
La generación y estructura actual del cinturón de Kuiper aún no han sido aclaradas completamente, pero se cree que los cuerpos que se encuentran en él pudieron formarse hacia el interior del sistema solar, en el llamado ‘disco protoplanetario’, que giraba alrededor del Sol hace 4.500 millones de años. Luego, habrían sido expulsados hasta la zona actual (entre 30 y 50 veces más alejados del Sol que nuestro planeta) desplazados por la interacción con planetas como Júpiter y Neptuno. Algunos cuerpos como Eris no son técnicamente parte del cinturón, ya que tiene una órbita muy inclinada que da indicios de otro tipo de interacción, que creó una parte dispersa alrededor del cinturón.
El vasto anillo de escombros que pueblan el cinturón de Kuiper constituye los residuos del material original a partir del cual se formó el sistema solar, material que no ha sido alterado como el que formó a los planetas, y que se encuentra en una especie de ‘criogenia cósmica’, alejado del Sol y a temperaturas muy bajas que lo mantienen casi intacto.
Entre las teorías que se debaten está la que propone que los objetos helados del cinturón de Kuiper pudieron haber traído agua a los planetas interiores del sistema solar, al impactar sobre ellos hace miles de millones de años.
Recientemente, el telescopio espacial Hubble descubrió tres posibles cuerpos del cinturón, candidatos a ser visitados por la sonda New Horizons. En el caso del objeto 1110113Y, varias observaciones han podido determinar la órbita de este gigante ‘cubo de hielo’ de alrededor de 50 kilómetros de diámetro, y estimar que la sonda puede estar llegando a su encuentro en enero del 2019.
Antes de este, otros candidatos fueron seleccionados en el proyecto Cazadores de Hielo en el que, con ayuda de personas del común, se escogieron 143 objetos en imágenes de varios telescopios.
Si New Horizons aún está en funcionamiento para finales de la década del 2030, estará a unas 100 veces la distancia Sol-Tierra, y quizás pueda enviar datos para entender mejor la parte alejada de la ‘burbuja’ que se encuentra bajo la influencia del Sol: la heliosfera.
Ahora hay que celebrar este nuevo hito espacial, producto de la curiosidad y de la exploración innata de la especie humana. La enorme distancia que nos separa de él hace que llegar a Plutón sea como un hoyo en uno a 4 kilómetros de distancia jugando al golf. Sin duda, un logro espectacular.