El sucesor del telescopio James Webb

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Mientras muchos científicos trabajan arduamente para hacer el seguimiento a los procesos de calibración del nuevo telescopio espacial James Webb (JWST), de manera que todos sus sofisticados instrumentos puedan estar en plena forma para comenzar dentro de seis meses a realizar las observaciones científicas para las cuales fueron construidos, otros investigadores ya trabajan en el diseño de los que serán los futuros telescopios que remplacen al que ahora apenas abre sus ojos a la luz del universo.

El mas moderno telescopio espacial jamás construido es hoy una realidad, pero su historia comenzó hace casi 26 años, cuando un par de ingenieros esbozaron en una servilleta un modesto diseño donde se desacataba un gigantesco parasol y un espejo desplegable. Tras ires y venires, enfrentando problemas presupuestales, cambios en el diseño, y más de una década de retraso en su lanzamiento al espacio, el JWST obtendrá imágenes que nos volarán la cabeza, tal como expresó recientemente el director de ciencia de la Agencia Espacial Europea. 

El universo no deja de sorprendernos, al igual que la capacidad de los avances tecnológicos para captar la información que nos permita entender infinidad de procesos qué ocurrieron, y ocurren, en en él. Los más inquietos ya se preguntan por lo qué vendrá después del JWST, cuya vida estimada ronda las dos décadas. Parece una pregunta poco pertinente cuando aún no hemos visto ni la primera imagen tomada con el JWST, pero en realidad ya se esta pensando y trabajando en su sucesor, y no en uno sino en cuatro posibles futuros telescopios espaciales. Entre ellos resalta el proyecto Luvoir, cuyas siglas en inglés significan “Gran telescopio ultravioleta-óptico-infrarrojo”

Dentro de este proyecto de telescopio hay dos ideas marchando en paralelo. Una se denomina Luvoir-A y consta de un espejo de 15 metros de diámetro, casi 5 veces el del JWST, formado por un panal de 120 segmentos hexagonales y un peso total de 30 toneladas, un verdadero monstruo que podrá observar luz en los rangos del ultravioleta, el visible y el infrarrojo, como sus siglas ya nos advierten. Por su parte una versión más reducida, Luvoir-B, tendría 8 metros de diámetro y 55 segmentos.

Como en todo proyecto de exploración, los objetivos científicos son la base para el diseño de estas modernas máquinas. Luvoir espera, además de capturar imágenes en una resolución nunca antes alcanzada, encontrar entre 50 y 100 exoplanetas con condiciones similares a la Tierra, que pueden ser habitables – o estar habitados-. Lo hará estudiando sus atmósferas en búsqueda de biomarcadores como el ozono, oxígeno, dióxido de carbono, metano o agua, para lo cual deberá bloquear la luz de las estrellas de esos sistemas exoplanetarios, que de otra forma lo deslumbraría.

Es estimulante pensar que este año, al tiempo que nos emocionamos con las primeras imágenes del JWST, nacerán algunos de los hombres y mujeres que dentro de veinte años estarán dedicando su vida al análisis de los datos que comience a generar el telescopio Luvoir.

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