El tránsito de Mercurio, un evento que no se repetirá hasta el año 2032

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Hay fenómenos celestes bastante conocidos y que no pasan desapercibidos. El más célebre por su espectacularidad es tal vez el eclipse de Sol, en donde la Luna se interpone entre la estrella y nosotros, bloqueando su luz parcial o totalmente.

Entre los eventos menos populares están los tránsitos planetarios, que podemos observar desde la Tierra  cuando un planeta del sistema solar es el que se interpone entre nuestro planeta y el Sol.  Esto solo sucede con los planetas interiores, es decir Mercurio y Venus, y requiere una perfecta alineación entre el Sol, la Tierra y alguno de los dos planetas.

Justamente el 11 de noviembre desde varias regiones del mundo se pudo disfrutar de la observación de Mercurio, el planeta rocoso menos explorado del sistema solar, pasando frente al imponente disco solar. El llamado tránsito de Mercurio es un evento poco frecuente, dado que aunque Mercurio pasa entre la Tierra y el Sol al menos tres veces al año, su órbita se encuentra inclinada y no es fácil que se produzca la perfecta alineación. Los tránsitos de Mercurio solo ocurren unas 13 veces por siglo, en intervalos que oscilan entre 3,5 años como mínimo y 13 años como máximo.

Históricamente, estos tránsitos han sido de gran importancia ya que han ayudado a calcular las dimensiones del sistema solar, entre ellas la unidad astronómica, nombre con el que se designa a la distancia media entre la Tierra y el Sol, equivalente a unos 150 millones de kilómetros. Uno de los más reconocidos astrónomos, Edmund Halley – el mismo que calculó la órbita del famoso cometa que lleva su nombre – fue el primero que se dio cuenta de las posibilidades de estas observaciones para comenzar a darle dimensiones a nuestro vecindario cósmico. Un tránsito de Venus en 1761, por su parte, permitió observar un arco de luz rodeando a Venus, lo que significó el descubrimiento de la atmósfera de ese planeta.

Durante los tránsitos, al igual que en los eclipses, hay varias fases denominadas contactos. En el más reciente el primer contacto de Mercurio y el Sol se dio a las 7:35 am, y el último a la 1:04 pm, lo que significa que durante 5 horas, 29 minutos y 12 segundos se pudo observar al pequeño planeta danzando frente al Sol, aunque únicamente podia ser visto con telescopios o binoculares potentes, equipados con un filtro solar. No está de más recordar que siempre hay que protegerse la vista al observar estos fenómenos igual que cuando se observa un eclipse, y que no sirven las radiografías, gafas oscuras, vidrios ahumados, CDs, y otros elementos caseros.

 Si te perdiste la oportunidad de verlo, tendrás que esperar hasta el 13 de noviembre de 2032. Y los siguientes serán el 7 de noviembre de 2039 y el 7 de mayo de 2049.

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