Viaje a las estrellas

Algunos científicos han planteado la necesidad de establecer asentamientos de humanos en el espacio.

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Inmensos desafíos deberán superarse antes de que los viajes interestelares sean una realidad y de que muchas de las escenas de la ciencia ficción se tornen parte de nuestro día a día.

Una vez hayamos explorado nuestro vecindario cercano, el sistema solar, el viaje a las estrellas se concibe como el paso siguiente. ¿Qué tan factible será emprender una aventura cósmica para alcanzar las estrellas?

El abrumador tamaño del universo es el mayor obstáculo. Tan solo en la Vía Láctea se estima que hay 100.000 millones de estrellas, y un rayo de luz tarda 150.000 años en recorrerla. Si quisiéramos con nuestras naves actuales llegar a Próxima Centauri, la estrella más cercana al sistema solar, el viaje tardaría unos 80.000 años.

Hay opciones tecnológicas, como la propulsión por pulsos nucleares que nos permitirían alcanzar velocidades equivalentes a un 5 por ciento de la velocidad de la luz, con lo cual el viaje se reduciría a unos 85 años. En la práctica esto supone comenzar desde cero acelerando hasta llegar a la mitad del trayecto, y en la segunda mitad activar el freno para finalmente llegar justo a nuestro destino.

Las cosas serían más sencillas si solamente enviáramos un sonda no tripulada, como las Voyager que se acercan a los límites del sistema solar después de 37 años de viaje a 30.000 kilómetros por hora. Aún así, en el camino se encontrarían unos cuantos peligros, rocas y polvo que podrían destruir la nave.

Si el viaje involucra seres humanos las cosas se complican aún más: el peso de la nave se eleva considerablemente, debiendo incluir sistemas para la subsistencia de los viajeros; se necesita mucha más energía y una gran aceleración no sería soportada por la tripulación.

Por eso algunos, como el físico Gerald O’Neill, se han lanzado a plantear la necesidad de establecer asentamientos de seres humanos en el espacio exterior, en hábitats acondicionados para su subsistencia y desde donde se emprenda la colonización del espacio; bases en otros mundos, como los asteroides, que podrían ayudar en el abastecimiento de materiales, e incluso se sugiere que solo podremos sobrepasar las enormes distancias en el universo mediante agujeros de gusano, que son como túneles espaciales que sirven para conectar dos puntos del espacio y el tiempo.

Aunque ahora nos parezca que un viaje a las estrellas es inalcanzable, lo cierto es que hace un siglo era imposible pensar en posarnos sobre la Luna o descubrir planetas.

Nuestra imaginación, esa capacidad humana para formar nuevas ideas, no debe detenerse. Recordemos a una de las mentes más brillantes, Albert Einstein, cuando decía: “La imaginación es más importante que el conocimiento”.

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