Estas regiones, que se ven como ‘llagas’, no son fenómenos nuevos.
En la última semana se ha visto sobre la superficie del Sol una gran mancha oscura. Estas regiones, que se ven como ‘llagas’, no son fenómenos nuevos. El científico Galileo Galilei fue el primero en observarlas hace cuatro siglos con ayuda del telescopio y propuso que eran imperfecciones en la superficie solar.
Galileo desafiaba así la creencia de que los cuerpos celestes eran perfectos, y confirmó que las manchas aparecían, cambiaban su tamaño y de-saparecían. Solo hasta comienzos del siglo XX se identificó la razón del oscurecimiento de las manchas solares, el intenso campo magnético que escapa desde el interior solar a través de estas enormes ‘llagas’, y que enfría al plasma solar. Debido a que su temperatura es más baja que la del plasma a su alrededor, las manchas se ven oscuras, pero muy calientes: 3.700 ºC.
Pasaron 400 años desde las primeras observaciones detalladas de manchas en el Sol, ¿pero qué tiene de espectacular la que por estos días capta la atención de los científicos? Muchos aspectos sobre forma, evolución y actividad de estas siguen siendo un misterio, y en el caso de la enorme mancha que atravesó el disco solar, sus características han roto varios récords. Es la más grande de los últimos 25 años, con 200.000 km de longitud, cubre un área equivalente a 33 veces la de la Tierra.
Esta región ha mostrado gran actividad explosiva: es una especie de ‘llaga supurante’. Una docena de fulguraciones –intensas emisiones de energía conocidas como llamaradas solares– se han producido, incluyendo varias dentro del rango más intenso de medición, que se denominan de tipo X y ocho más suaves, de clase M.
Por fortuna, en esta ocasión la región no ha expulsado nubes de material solar magnetizado. La expulsión violenta de partículas con alta energía puede vencer el escudo protector de la Tierra, su campo magnético, produciendo una tormenta que puede interrumpir comunicaciones, dañar satélites y redes eléctricas. En los últimos días se reportaron interrupciones de ondas de radio de alta frecuencia y de comunicaciones, además del fenómeno de las auroras formadas cuando las partículas cargadas provenientes del Sol impactan con la atmósfera terrestre.
Publicado en el diario El Tiempo el 30 de octubre de 2014