Es el medio en el que se dan, y se dieron, las reacciones químicas para que se originara la vida.
Pareciera que solo cuando nos enfrentamos a épocas de escasez y sequía volvemos nuestra mirada al agua. Muchas veces no apreciamos sus atributos ni somos conscientes de nuestra dependencia absoluta de ella.
El agua es el medio en el que se dan, y se dieron, las reacciones químicas para que se originara la vida y se formaran las moléculas necesarias para la misma. No es casualidad que toda célula necesite agua dentro para mantenerse viva; tampoco que nuestro cuerpo tenga 37 litros de agua y el cerebro esté compuesto en un 75 por ciento por ella.
Una de las hipótesis sitúa el origen de la vida dentro de fondos marinos cálidos, hace cuatro mil millones de años. Lo que posiblemente comenzó como simples células se transformó en mohos del fango, ranas, caballos, seres humanos etc.
Otras hipótesis señalan que la vida surgió gracias a componentes que llegaron a la Tierra en meteoritos que la bombardearon hace miles de millones de años. Pero en todas ellas, el agua representa el medio que acogió y permitió el desarrollo de formas de vida, por esto nuestra relación de dependencia con ella.
Necesitamos agua, pero específicamente agua líquida. Tampoco es coincidencia que en 100 años una molécula de agua pase 98 en el océano, y tan solo unos 20 meses en forma de hielo, 2 semanas en lagos y ríos y menos de una semana en la atmósfera.
Aunque hay seres, como los extremófilos, que pueden vivir en ausencia de agua, para la mayoría de las especies su origen y existencia está ligada a ella. Esa es una de las razones por las cuales el hallazgo de agua en otros lugares del universo nos hacen preguntarnos si se pudieron dar allí las mismas condiciones para el surgimiento de formas de vida como las que conocemos.
Se podría pensar que dada la gran cantidad de agua en la Tierra, la paranoia sobre su escasez no es más que eso, pero hay que recordar que tan solo el 0,007 por ciento del agua existente es potable, y que esa cantidad disminuye. Necesitamos mucha para sostener a una sociedad en la cual la producción de un solo huevo de gallina requiere 450 litros del líquido.
Por cierto, el agua no siempre moja, solo cuando se siente atraída por otra sustancia más que por sí misma.
Pruebe a meter una veladora en el agua. ¿Sale mojada?
Publicado en el diario El Tiempo el 16 de septiembre de 2014