Surca los mares con las alas de la imaginación

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En todo el mundo natural se escuchó un grito de ¡vida! ¡vida! El genio de la ciencia agitó su espada, y Andersen vio el mundo de las estrellas.  Este pasaje poético captura la esencia de Hans Christian Andersen, el legendario cuentista danés cuyas historias han iluminado la imaginación de generaciones enteras de niños y niñas en todo el planeta. 

Con su pluma mágica, Andersen nos llevó a un viaje a través de la fantasía, guiándonos por senderos entre los reinos de lo cotidiano y lo extraordinario. Sus cuentos, impregnados de aventuras y personajes fascinantes continúan deleitando a los lectores jóvenes y viejos por igual, recordándonos la importancia de conservar nuestra capacidad de soñar y maravillarnos ante el mundo que nos rodea.

En el caso de Andersen, ese mundo estaba constantemente impregnado de ciencia, influenciado por su amistad con destacados científicos, como su tocayo y paisano Hans Christian Ørsted, famoso por la experimentación pionera que reveló la íntima relación entre la electricidad y el magnetismo, así como por lograr el aislamiento del aluminio. 

Como uno de los principales escritores viajeros del siglo XIX, Andersen estaba al tanto de los avances científicos y tecnológicos de su tiempo, lo que influenció su creación literaria. Sus escritos están llenos de reflexiones sobre la literatura, la ciencia y cómo se relacionan entre sí. Gracias a su dedicación al estudio de plantas y animales pudo enriquecer sus obras con detalles biológicos y una vibrante perspectiva científica. A través de cartas, libros de viajes y cuentos, compartía su fascinación por la fotografía, los ferrocarriles y otras innovaciones. Para él, el ferrocarril era la mayor invención de la mente humana, y la ciencia había convertido la vida en un cuento de hadas moderno.

Andersen imaginaba un mundo donde la ciencia y la poesía se fusionaban armoniosamente. Para él, los poetas modernos debían ser imaginativos, emocionales y racionales, utilizando la ciencia como fuente de inspiración para crear historias llenas de conocimiento y belleza.

“Y la luz de la ciencia cayó sobre el océano y penetró en el mundo de las plantas submarinas. Una gota de agua se transformó en un mundo de extrañas criaturas vivientes. La luz de la ciencia penetró en una oscura gruta subterránea, donde vivía un reptil fantástico. La voz de la ciencia se escuchó en todo el mundo, y todos creyeron que había vuelto la época de las maravillas, en todo el mundo se encontraron delgadas pistas de hierro, y allí, sobre las alas del vapor con la velocidad de las golondrinas, pesados vagones de mercancías se movían. Montañas y llanuras tuvieron que ceder ante la sabiduría de la era presente.”

Gracias a la ciencia y la tecnología, el hombre se había vuelto tan poderoso como un mago de tiempos pasados, tan poderoso como el mensaje que ahora debe seguir llegando a las nuevas generaciones.

Cada 2 de abril, cuando se conmemora el natalicio del gran escritor danés, hijo de un humilde zapatero y una lavandera, el mundo celebra el Día Mundial del Libro Infantil. Este año Japón será el patrocinador oficial bajo el lema «Surca los mares con las alas de la imaginación”. Cómo no recordar una vez más la famosa frase de Albert Einstein: “La imaginación es más importante que el conocimiento”

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