
Hace pocas semanas, los ojos de miles de astrónomos se apartaron del cielo por unos días para enfocarse en el extremo sur del continente africano, específicamente en Ciudad del Cabo, donde se celebró la reunión más importante de astronomía a nivel mundial. En la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional, que se realiza cada tres años, convergen los últimos descubrimientos e investigaciones más destacadas desarrolladas en todo el planeta. Además, se presentan iniciativas para llevar la astronomía a todos los rincones y se discuten estrategias para utilizar esta ciencia como una herramienta para inspirar, educar y fomentar la colaboración global.
La idea es aprovechar la inmensa capacidad que tiene la astronomía para ampliar nuestra comprensión del universo y nuestro lugar en él, y que esta comprensión se traduzca en beneficios tangibles para la humanidad, asegurando que continúe siendo un motor de progreso científico, cultural y social.
Mientras tanto, en Colombia, la astronomía vive uno de sus mejores momentos, experimentando un crecimiento notable en los últimos años, que ha sorprendido incluso a la comunidad científica internacional. En 2016, Colombia fue sede, por primera vez, de la reunión más destacada de astrónomos en América Latina, posicionando al país en el mapa de la astronomía mundial.
Día tras día, muchas personas en Colombia aportan desde diversas perspectivas, con iniciativas tan disímiles como complementarias. Algunos se esfuerzan por contagiar a la sociedad con el asombro por el cosmos, llevando sus telescopios a plazas públicas para que cualquier persona pueda maravillarse con la observación del Sol o de la Luna. Otros dedican largas horas al estudio de la astronomía fundamental, desmenuzando ecuaciones para entender el funcionamiento de los objetos más fascinantes del universo o esperando el resultado de alguna simulación para ver en las pantallas de sus computadores el comportamiento de un agujero negro.
A pesar de estos avances, que a menudo se dan de manera atomizada, aún queda un largo camino por recorrer para otorgarle a la astronomía, y a la ciencia en general, el lugar que merece en nuestro país. Y qué mejor día que hoy para promover el interés y la educación y divulgación de la astronomía en todo el territorio nacional, cuando conmemoramos un hito histórico en nuestra ciencia nacional.
El 20 de agosto de 1803, como parte del monumental esfuerzo de la Expedición Botánica liderada por el sabio José Celestino Mutis para explorar la riqueza natural de Nueva Granada y sentar las bases para el desarrollo de varias disciplinas científicas en la región, incluida la astronomía, se fundó el actual Observatorio Astronómico Nacional de Colombia. Para entonces, aún faltaban unos pocos años para la independencia de la nación, hecho que justamente se planeó en el salón principal del icónico edificio del observatorio en el centro de Bogotá.
Desde sus primeros días, el observatorio se convirtió en un símbolo del compromiso con el progreso científico del país. Fue aquí donde mentes brillantes como Francisco José de Caldas, su primer director, comenzaron a trazar el mapa de la ciencia en la nación.
¿Qué tal si marcamos esta fecha en el calendario para celebrar el Día de la Astronomía en Colombia? Este día permitiría a nuestro país unirse a otros que ya celebran su patrimonio astronómico, como Argentina, que conmemora la fundación del Observatorio Astronómico de Córdoba, el 24 de octubre de 1871. En Colombia, sería una oportunidad para recordar el legado de los científicos que hicieron posible el desarrollo de la astronomía nacional, para rendir homenaje al esfuerzo de aquellos que hoy ponen a Colombia en el ámbito de la astronomía mundial, y para inspirar a las futuras generaciones a continuar explorando el universo.
Esta noche, Saturno se une a la celebración, deleitándonos con su ocultación tras la luna, como un recordatorio de las maravillas que el cosmos aún tiene por ofrecernos.