
El logro de la misión Mars 2020, que supero la semana pasada con éxito la fase de descenso a la superficie de Marte, cierra un mes de febrero histórico para la exploración del planeta rojo, junto con el ingreso a órbita marciana de las misiones Hope de Emiratos Arabes Unidos – la primera de un país árabe -, y Tianwen-1 de la China, que llegaron la semana pasada. Las tres misiones habían partido independientemente a mediados del año pasado desde la Tierra, y recorrieron cerca de 500 millones de kilómetros, antes de su encuentro con los nuevos desafíos que ahora enfrentan.
Por ahora bien vale la pena celebrar lo que han conseguido los cientos de investigadores involucrados en esta misión de Nasa con el exitoso amartizaje del rover Perseverance. Recordemos que hace tan solo un lustro el rover Schiaparelli, desarrollado por la Agencia Espacial Europea, se estrellaba contra la superficie de Marte a una velocidad mucho mayor de la prevista, lo que demuestra que aun después de casi 60 años de exploración robótica de Marte, posarse sobre el suelo marciano sigue representando toda una proeza.
Para Perseverance ahora comienza su verdadero trabajo, al igual que para su compañero de aventura, el helicóptero Ingenuity, que si logra volar en la atmósfera de Marte, se llevará el honor de ser el primer vehículo con hélices que lo hace en un lugar fuera de la Tierra.
Siete instrumentos que hacen parte del róver Perseverance, un verdadero laboratorio robótico ahora en otro mundo, trabajaran arduamente para recoger información complementaria sobre las condiciones en el cráter Jezero. El cráter en cuestión, es un emplazamiento de 50 kilómetros de diámetro escogido por sus condiciones que evidencian la posible presencia de agua líquida en el pasado remoto de nuestro vecino planetario, hace unos 3.000 millones de años.
El róver tendrá la ambiciosa misión de encontrar restos fósiles de posible vida, o al menos moléculas precursoras de la vida, en las rocas y suelo. Una de sus responsabilidades es seleccionar muestras para recoger y guardar celosamente como un tesoro en tubos que dejara en un lugar determinado, para que una futura misión vaya a recogerlas, y finalmente puedan ser traídas de regreso a la Tierra y ser analizadas con mucho más detalle.
Así pues, este mes se abrió una fascinante ruta para la futura generación de exploradores robóticos, para encontrar respuestas sobre las posibilidades de que Marte haya albergado vida, pero también nos da un empujón necesario para conseguir acercarnos al anhelo de poner un ser humano por primera vez sobre la superficie de otro planeta.
Un comentario Agrega el tuyo