A casi 200 años luz de la Tierra, lo que significa a la vuelta de la esquina en escalas cósmicas, se encuentra un singular objeto. Se trata de una estrella cuatro veces más brillante que nuestro Sol, y 1.5 veces más grande.  Lo primero que llamó la atención del astro, denominado HD140283, es que ya ha consumido prácticamente todas sus reservas de hidrógeno, y que su contenido de elementos más pesados que el helio es prácticamente nulo; por ejemplo tiene 250 veces menos hierro que el Sol.

Dentro de las etapas en la vida de una estrella, se encuentra en la que se conoce como fase de subgigante, a punto de comenzar su reacciones para fusionar helio después de haber agotado el hidrógeno, y así seguir alimentando sus reacciones de fusión, responsables de producir la energía que necesita para brillar.

Las primeras estimaciones revelaron que HD140283 tenía una edad de 16.000 millones de años, lo que luego se refinó a 14.300 millones de años; en cualquier caso una estrella muy muy antigua. El enigma surge cuando recordamos que la edad estimada del universo es de unos 13.800 millones de años. ¿Cómo puede ser que una estrella exista antes que el propio universo, que toda la materia y energía que conocemos ? Rápidamente surgió la curiosa denominación de estrella de Matusalén, recordando al abuelo de Noé, quien con una edad de 969 años fuera el más longevo de los patriarcas del Antiguo Testamento. Lo cierto es que se convirtió en la estrella mas antigua jamás descubierta, y la razón de muchas investigaciones para ayudar a comprender la historia temprana del universo.

Si bien es cierto que el margen de error de 800 millones de años en la estimación de la edad de la estrella Matusalén podría reducir un poco la discrepancia con la edad del universo, aun sigue siendo un desafío para el modelo cosmológico actual, en especial porque su contenido de elementos pesados, aunque poco, es significativo para saber que proviene de una estrella progenitora. Eso quiere decir que, aunque es la estrella más antigua que conocemos, no es de las primeras que nacieron en el universo, perteneciendo a la segunda generación de estrellas formada de los restos de explosiones de supernova, de donde provienen sus elementos más pesados.

Aunque ahora brille muy cerca de nosotros, dentro de la Vía Láctea, probablemente nuestra longeva protagonista nació en una pequeña galaxia que fue atraída por la nuestra, aunque reconstruir su historia sigue siendo motivo de estudio, al igual que confirmar la edad exacta del universo.